El arte de querese a una misma

Una vez leído el título elegante y ya enfrascado en la lectura puedo dejar de ser elegante y hablar sin pelos en la lengua.

La gente come, bebe y se masturba.

Son temas tabús ya que la gente nunca suele explicar, si come mucho por miedo a que le llamen glotón, tampoco explica si bebe a menudo por miedo a que le llamen alcohólico y en la mayoría del sector femenino calla su arte de masturbarse por temor a la palabra PUTA.

¿Porque un tabú a una práctica que resulta cuotidiana en muchas personas?

¿No es bello el arte de perderse en una misma? ¿De proporcionarnos placer sin necesidad de amor, de problemas de condones, de orgasmos fallidos, de desayunos por la mañana, de llamadas no deseadas, de llantos por desamor?

Esa sensación de perderse en el placer, del amor al propio cuerpo, que se suelta sin prejuicios ni verguenzas, sin límites ni reglas ajenas, solo tú y tu juego.

Un juego de seducción que no implica nada y todo a la vez, seducción que no entiende de color, de comprensión, de experiencia y acaba en amor a ti misma.

Sé que no hace falta  masturbarse todo el día y quizás el sexo es bueno también en compañia, ya que como digo a veces: "la masturbación es muy  buena pero con el sexo almenos conoces gente."

Pero estamos en una sociedad que te lo dicta todo: la moda, el maquillaje, tu forma física, tu sexualidad y la sensación de rebelarte ante ella, abandonando toda esa mierda... es una, el amor propio.

Resulta un tabú pero extendido en la práctica ya que hay quienes prefieren hacerlo por la mañana antes de salir de la cama para coger fuerzas, otras... en la oficina en plan furtivo, las hay que esperan al momento de la siesta para hacer un "kit-kat" de su jornada, algunas más juguetonas preparan un ritual con bañera, espuma, velas y ellas mismas... y finalmente las que lo practican para conciliar el sueño.

Es bueno ya que quita el estrés, las preocupaciones, quema calorías, resulta un muy buen ejercicio cardiovascular y una extensa carta de orgasmos al gusto.

Así que dejemos de ser absurdos, de no hablar de ello.

La confección de lo natural resulta muy compleja.

                                                                                                   Berta Mascaró