martes, 29 de enero de 2013

Lágrimas.

A veces quieres correr rápido, muy veloz,
desaparecer de entre la gente, hacerte invisible.
Porque el dolor suele hacerte demasiado visible,
los llantos son como neones fluorescentes que hacen que la gente a tu paso se gire a mirar,
solo a mirar...
 mirar el morbo de ver esas lágrimas desgarradoras que parecen partir a su paso la fina piel.
A veces corres veloz porque no sabes a donde esconderte de esa mano que te estruja el corazón,
que te deja sin aire, que te mata en vida.
Pero corres y ella es más veloz que tú,
y te aprieta suave ahora,
para ahogarte más lento, para no dejarte en un tiempo.
Ahora eres visible, tú y tu dolor,
y esa mano que creías no ver... la ves.
Pero el  pudor y el llanto nunca fueron hermanos...
y gritas y lloras!! y no sabes que hacer,
porque tu ves eso que los demás no ven,
el dolor.
Es tu dolor, nadie lo verá,
y te tratarán por loca, 
porque de ti solo ven ese llanto fluorescente y ensordecedor,
y te gritarán loca,
pero no temas... sabes que es dolor,
te creerán loca.

Pero querida...en este mundo de locos, 
puedes permitirte un poco de locura.






jueves, 24 de enero de 2013

Yo la casera, yo mi casita.


Cada uno a su rama, a su casa. Cada uno con su familia, con su historia.
Los hay que no tenemos casita donde anclar nuestro futuro, que está lleno de cosas que ahora no toca tener, no toca llenar.
Yo no me refiero a una casa física queridos, me refiero a mi nidito, ahí, en lo alto de mi cabeza loca, allí donde crecen los cabellos.
La vida está llena de materialismos, ya casi me siento desplazada al no unir mi futuro a un hogar con caseta para el perro, yo más espiritual, sueño con una gran biblioteca en mi lóbulo frontal, con mil imágenes en el parietal, con viajes alrededor de mis retinas, con besos en mis labios.... mi casa yo.

Mi cuerpo para mí y para tí, para las dos, mi casa.

Ahora tengo dulce serrín de azúcar, ahora tengo esbozos y ligeros planos para construir esa... mi biblioteca, mis vivencias. 
Que rico huele ahí arriba! Que paleta de colores pastel, que divertido así.
Quizá todavía sea un proyecto de mi misma,un proyecto lleno de color, dulce.

Mi felicidad para quien esté a mi lado, mi locura para todos, mi sonrisa... para ti.

Berta Mascaró



lunes, 7 de enero de 2013

A gritos de silencio.

La palabra... tan estúpidamente interpretable,
mi gran amiga y mi gran enemiga a la vez.

Tengo mil cosas que decir en mi mente, mil sentimientos esperando ser desatados de entre mis labios tímidos, mil onomatopeyas, mil susurros, decenas de gritos y un suspiro.

Siento un vena tan fuerte alrededor de mi boca, me atan labios y corazón, me sellan por dentro.
Quiero gritar, quiero abrir mis labios hasta sentir mis comisuras romperse, hasta notar el sabor de la sangre y ese olor tan característico que tiene.

Tengo tantas cosas, algunas me dan miedo y sé que  lentamente me corroen las entrañas,
siento como la indiferencia de los días, que transcurren lapidando mi cuerpo, refuerzan la venda.

Y callo, no salen de mi a borbotones las palabras. Solo puedo ofrecer al mundo mi silencio,
que queda mudo y apagado, inocuo a ojos ajenos.

Convirtiéndome en esa niña dócil y callada, que paga el precio de sus actos, callada.

Y sueño... y callo,
y vivo.... y callo,
y sonrío... y callo,
y lloro... y callo,
se apaga la luz... callando.

Y ya solo me queda eso, ese suspiro que sale apretado entre las vendas,
que las humedece y las sella.

Y estoy a un paso de todos vosotros, transparente cual gota de agua,
esperando a que afloje el ritmo de vuestras vidas y sintáis mi aliento extasiado
pero que se apaga.

Abre los ojos, quita esa venda húmeda, mojada ya, quizá la primera palabra que diga
sea de desahogo pero luego vendrán las de amor.