martes, 29 de enero de 2013

Lágrimas.

A veces quieres correr rápido, muy veloz,
desaparecer de entre la gente, hacerte invisible.
Porque el dolor suele hacerte demasiado visible,
los llantos son como neones fluorescentes que hacen que la gente a tu paso se gire a mirar,
solo a mirar...
 mirar el morbo de ver esas lágrimas desgarradoras que parecen partir a su paso la fina piel.
A veces corres veloz porque no sabes a donde esconderte de esa mano que te estruja el corazón,
que te deja sin aire, que te mata en vida.
Pero corres y ella es más veloz que tú,
y te aprieta suave ahora,
para ahogarte más lento, para no dejarte en un tiempo.
Ahora eres visible, tú y tu dolor,
y esa mano que creías no ver... la ves.
Pero el  pudor y el llanto nunca fueron hermanos...
y gritas y lloras!! y no sabes que hacer,
porque tu ves eso que los demás no ven,
el dolor.
Es tu dolor, nadie lo verá,
y te tratarán por loca, 
porque de ti solo ven ese llanto fluorescente y ensordecedor,
y te gritarán loca,
pero no temas... sabes que es dolor,
te creerán loca.

Pero querida...en este mundo de locos, 
puedes permitirte un poco de locura.






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